Nombres de empresas: 10 consejos para escogerlos correctamente.

En los planes de negocio hay un detalle en el que muchos no suelen fijarse: los nombres del negocio. De hecho en no pocas ocasiones la selección que hacen los socios fundadores deja mucho que desear; provocando que a medio o largo plazo el plan de negocios acabe escorando por algún lado. De ahí que un buen nombre sea necesario y que en esta ocasión vayamos a hablar de ello. En el post de hoy os muestro cómo deben escogerse los nombres de empresas. Algo más complejo de lo que inicialmente podría parecer.

10 Consejos para escoger nombres de empresas

  • Significado

    A la hora de escoger nombres de empresas hay que tener en cuenta que deben tener algún significado o razón de ser. Es lo que en un inicio marcará la identidad de la compañía y aquello que acompañará a los fundadores durante su recorrido en el mundo de los negocios.

    Hay quienes optan por poner un nombre cualquiera que quede sonoro (a veces ni eso), pero corren el riesgo de no verse identificados y de cansarse al cabo del tiempo. ¿Os habéis parado a pensar en el problemón que es cambiar el nombre a una empresa que ya está en funcionamiento? Un lío, sí. De ahí que lo mejor sea arrancar con buen pie y con algo que lleve tras de si una historia.

    Por ejemplo “Kellogg´s” es el apellido del creador de la firma, Will Keith Kellogg. En “Mercedes-Benz” el “Mercedes” viene de una baronesa austríaca cuyo padre, empresario de éxito, formaba parte de Daimler, propietaria de la marca; mientras que el “Benz” hace alusión al apellido de uno de los fundadores de la marca, Karl Benz. Y como tercer ejemplo ahí va la conocida firma de bicicletas “Orbea”, una de las compañías líderes de su sector en España. Resulta que el nombre proviene del apellido de uno de los fundadores, Petra Orbea.

    También los hay que no tienen nada que ver con apellidos, sino con una mera descripción del concepto. “Facebook”, traducido como “libro de caras”, es un ejemplo claro. Hay que tener en cuenta que esta red social en sus inicios apenas era un directorio de alumnos universitarios. Básicamente era “un directorio de alumnos”. De hecho algo parecido pasa con “Windows”. Si bien este sistema operativo de Microsoft no inventó las interfaces gráficas, sí las popularizó. Llevó al gran público el concepto de “ventanas”.

  • Caracteres complejos

    Hay quienes no se paran a pensar que los nombres de empresas deben ser transmitidos oral e informáticamente, lo que puede dar pie a que determinados caracteres den problemas. Es lo que típicamente suele pasar con eñes, guiones, tildes, diéresis y similares. De hecho, ¿no os ha pasado que tengáis que buscar el nombre de una empresa en Google para ver cómo se escribe correctamente? Esto no debería pasar. Y si bien hay casos de éxito con nombres del estilo, por lo general no es más que un aspecto problemático.

  • Que pueda ponerse en una dirección web

    En línea con el punto anterior va este detalle. A día de hoy, quien no está en la red, no existe. Y la cosa es que el desarrollo en el mundo de las empresas va por la vía tecnológica, siendo cada día más compleja la inmersión digital. De ahí que sea importante tener un nombre plano, sencillo y sonoro que pueda ser pasado a una URL sin mayor problema.

    Por ejemplo una empresa que se llame “Escopetas Pedro” no tendrá mayor problema en quedarse con un dominio tipo “Escopetaspedro.com”. Pero, ¿qué hacemos si la empresa en cuestión se llama “Escopetas Urtikoetxeabeitia”?¿La gente se acordará de ese apellido tan largo?¿Y si fuera un “Escopetas Begoña”? La eñe suele dar problemas a la hora de digitalizar. Y si bien en los dominios puede ponerse, la complejidad para posicionarlos es alta, ya que para un “Escopetasbegoña.com” los servidores DNS interpretarán “xn—escopetasbegoa-2nb.com”. Se emplea el estándar IDN; poco amigable con Google. Por no contar con el problema que tendrá alguien que no tenga eñe en el teclado.

  • Fuera fechas

    Mucha gente, a la hora de poner nombres de empresas, directamente pone el año en el que fundan la empresa. Por ejemplo “Construcciones 2006”.

    Esto plantea dos problemas. Por una parte queda poco imaginativo y falto de profesionalidad; y por otra parte la gente tenderá a olvidarse de los números. ¿Era 2006, 2005…?

  • No pongáis el nombre de la pareja

    Hay quienes se hacen tatuajes con el nombre de la pareja y llegan a la conclusión de que tienen un problemón cuando esta les deja o cortan la relación. Pues bien, con las empresas pasa lo mismo. Si bien lo ideal es tener a la pareja de por vida, nunca se sabe qué puede pasar; así que es mejor no arriesgarse. Otra cosa sería si fuerais viudos, claro.

  • Nombre descriptivo

    En los últimos 15-20 años, con la salida de las startups a los medios de comunicación generalistas y la expansión de Internet, ha surgido cierta tendencia a poner nombres complejos a las empresas. Y bueno, como era de esperar, esto ha contagiado a muchos emprendedores de sectores que poco o nada tienen que ver con la tecnología. ¿Os imagináis un negocio que cambia el nombre de “Talleres Madrid” a “Swasstech14”? Es un caso un poco extremo, pero no muy alejado de la tendencia de muchos empresarios a la hora de escoger nombres de empresas.

    Lo ideal es que os decidáis por un nombre que sea descriptivo; que nada más leerse transmita el objeto social. Por ejemplo “Talleres Madrid” no era mala opción, ya que nos dice que son talleres y que tienen algo que ver con la capital de España. Otros ejemplos serían “Petroleos del Norte” (Petronor), “Panadería Vallecas”, “Inmobiliaria Blue” o “Ciclos Tourmalet”.

  • Nombre adecuado a la cultura local

    Dependiendo de donde vayáis a montar la empresa o busquéis los clientes debéis tener mucho cuidado a la hora de escoger el nombre, ya que el significado podría ser contraproducente a los intereses del negocio. Un ejemplo de esto es lo que pasó con el “Mitsubishi Pajero”.

  • El latín puede ser vuestro amigo

    Muchos de los idiomas que hay en estos momentos en Europa provienen del Latín o tienen relación con este a través de préstamos linguísticos. Si no se os ocurre un nombre original y tenéis planeado tener presencia o clientes en países de este tipo (Francia, Portugal, Italia, Rumanía, etc.) echad un vistazo a un diccionario latino. Pero cuidado con poneros demasiado técnicos, ya que podréis caer en el problema de muchos: el pasarse de originales.

    Vamos, que una cosa es que pongáis “Motor Mundi, S.L.” o “Tabula Editorial, S.L.”, y otra “Septentrionalis oeconomicis librorum, S.L.” (Libros Económicos del Norte, S.L.).

  • El truco de la “A”

    En los nombres de empresas, el hecho de poner una “a” al inicio provoca que las firmas aparezcan en las primeras posiciones en guías, directorios y similares.

  • Consultad los registros antes de seguir con el plan de negocio

    A la hora de crear una empresa tendréis que pedir la certificación negativa de empresa al Registro Mercantil Central, lo que os reservará el nombre durante seis meses. Eso os dará margen para desarrollar el proyecto bajo un nombre. Así pues, antes de nada, mirad esta web; no vaya a ser que os llevéis una sorpresa.

    También podría darse el caso de que utilizarais una marca que ya está registrada o que tiene una muy similar que os pudiera dar problemas. ¿Solución? Consultad antes de nada en la Oficina Española de Patentes y Marcas.

  • BONUS 1: Poned nombres en otros idiomas no es recomendable

    Este es un problema bastante recurrente que afecta más que nada a la identidad de la empresa. ¿Qué necesidad hay de poner nombres en idiomas ajenos? En España tenemos una lengua rica; y si además os coincide que estáis en una Comunidad Autónoma con un idioma propio, más opciones que tendréis a mano. Así pues, ¿por qué poner nombre en inglés, francés, alemán u otras lenguas? Es entendible que a veces pueda ser motivado porque la empresa se dedique exclusivamente a la exportación y casos similares, pero no es lo habitual.

    En definitiva no es recomendable aventurarse con idiomas extranjeros cuando no hay necesidad.

  • BONUS 2: Poner nombres de moda no es recomendable

    A no ser que tengáis la idea de crear la empresa para explotar comercialmente una moda o hecho concreto no merece la pena aferrarse a nombres temporales; envejecerán mal y os acabaréis aburriendo y queriendo cambiarlo.

Naming, el arte de poner nombres a las cosas

¿Alguna vez habéis escuchado el término “naming”? Se trata de una especialidad del marketing a través de la que expertos en publicidad buscan los nombres de empresas y productos más adecuados para el sector, contexto y público. Para ello no solo evalúan los puntos que hemos visto en el apartado anterior, sino que además recurren a estudios sociologicos y de mercado. Así que si la imaginación no es lo vuestro os recomiendo que busquéis a un especialista en naming.

Javier Lorente Murillo

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